Los anfibios primitivos, al igual que las ranas y los tritones actuales, ponen sus huevos en el agua y sus jóvenes larvas, conocidos como renacuajos eclosionaban de huevos blandos recubiertos de gelatina y tenían branquias, pasan la primera parte de su vida en un medio acuático, como los renacuajos contemporáneos, luego, al transformarse en adultos perdían sus branquias y respiraban a través de pulmones, tanto en tierra como en el agua.
Los amniotas se desarrollan de igual manera pero la fase del ciclo de desarrollo en el agua de los anfibios se realiza dentro de una puesta de huevos forrados de cáscara, denominados huevos amnióticos, la cascara dura lo suficientemente fuerte para proteger el contenido, está hecho de mineral o sustancia correosa que evita la desecación del contenido del huevo, por dentro el huevo contiene tres membranas importantes, una membrana amniótica o el amnios encierra al embrión en un fluido acuoso que permite el ingreso del oxígeno y la salida del dióxido de carbono, el corion que encierra una bolsa con el suministro interno de alimento en forma de saco vitelino o yema, el alantoides que contiene una cavidad para residuo sólido, gracias a todo esto los huevos podían ser puestos en tierra firme.
El embrión debía ser fertilizado antes de que se desarrollara esta cáscara y membranas, así la fecundación tiene lugar dentro del cuerpo de la hembra. Este es el origen de la relación sexual íntima, algo ausente de la forma de vida de los peces y anfibios.
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